miércoles, marzo 16, 2011

Cafetines de Buenos Aires, su historia, esencia y algo más...

Café LA POESIA
El 12 de abril de 1982, en la equina de las calles Bolívar y Chile, el poeta Rubén Derlis abrió las puertas del Café La Poesía al barrio de San Telmo. Durante seis años el lugar serviría como nexo de muchos creadores que señalaron el comienzo de una nueva movida artística en la democracia naciente de esa época.
Derlis era de la celebrada “Generación del ‘60”, un florecimiento cultural marcado por los ideales de la transformación social e influenciado por la Revolución Cubana, el Mayo Francés del ’68, La Primavera de Praga, y los movimientos contra la guerra en Vietnam y por los derechos civiles en EE.UU. En Argentina, la época fue marcada por hitos como el Instituto Di Tella, el Cordobazo del ’69, el Grupo Espartaco y la Nueva Figuración en las artes plásticas; en el teatro independiente que dio luz a Griselda Gambaro, Somigliana, Dragún y Tato Pavlovsky; y en el movimiento de “El Pan Duro” o “La Nueva Canción” en letras y poesía liderado por figuras como Juan Gelman, Francisco “Paco” Urondo, Olga Orozco y Alejandra Pizarnik, además del mismo Derlis.
Durante los ’80, cuando San Telmo era un barrio preferido por la nueva bohemia de Buenos Aires, La Poesía albergó acontecimientos que ya son parte de la historia cultural de Buenos Aires. Ahí se fundó el mítico “Grupo de los Siete” y los ciclos de Poesía Abierta en el ’83 y el ’84, además de varios talleres de narrativa y poesía, y el ciclo “Poesía Lunfarda”. Entre sus habitués se podían contar: Juan Carlos Gené, Miguel Briante, Isidoro Blainsten, Oscar Ferrigno, Héctor Negro, y los míticos músicos Hernán Oliva y Enrique “Mono” Villegas.
En una de sus mesas el poeta y letrista de tango Horacio Ferrer conoció al amor de su vida, Lucía Michelle, a quien inmortalizó en “Lulú”: Te acordás del café “La Poesía” esa mágica noche en San Telmo / Buenos Aires urdió nuestro encuentro / tan romántica y dulce Lulú.
http://www.elsoldesantelmo.com.ar/?p=897

Fotografias de Nora Lanzieri



CAFÉ DE CAO
Ubicado en Independencia y Matheu- en el barrio de San Cristobal-. Los hermanos Cao abrieron en 1915 su despacho de comestibles y bebidas alcohólicas al por menor. Una chapa enlozada en blanco y azul es testimonio de esa época, así como el mostrador de madera y mármol, las mesas, las heladeras antiguas, y la estantería, poblada de botellas cubiertas de polvo, ubicada detrás de la barra. El espíritu del local original se mantuvo a pesar de las modificaciones hechas cuando se instaló el café. Hoy ofrece bebidas típicas, café, y tapas españolas. Es un lugar tranquilo, donde los habitúes entran y sienten que el tiempo se detiene, mientras ven a través de las ventanas el veloz tránsito que recorre la avenida Independencia.


BAR DE GARCIA Ubicado en Sanabria 3302 en el barrio de Devoto.
El Café de García es uno de esos lugares que parecen detenidos en el tiempo, este típico cafetín de Buenos Aires funciona desde el 1927 y fue declarado sitio de interés cultural y testimonio vivo de la memoria ciudadana. Sus paredes dan cuenta de ello: camisetas de fútbol históricas, banderines, propagandas de otras épocas, y otra pila de objetos, que hacen del lugar un museo. La especialidad de la casa: la superpicada, ideal para compartir con amigos mientras juegan al billar. Capacidad para 50 cubiertos.
www.cafedegarcia.com.ar


HISTORIA DE LOS CAFES DE BS.AS.
Al principio en Buenos Aires, sólo se ofrecían café y chocolate con bollos o churros, pero pronto desembarcaron los billares, las copas, los naipes, el dominó y los dados.
El primer café de Buenos Aires se abrió en 1799, en la actual esquina de Pte. Perón y San Martín; se llamó Café de los Catalanes (1799 - 1873). Y fue uno de los escenarios elegidos pare las primeras manifestaciones anti-virreinales; fue contemporáneo de la Revolución de Mayo; mientras que los súbditos del rey Fernando VII se reunían para conversar en el viejo Café de Marco (1801 - 1871). Parece que existía una pica bastante virulenta entre los parroquianos de Los Catalanes y los del Café de Marco, lugar vecino al solar que actualmente ocupa el Congreso Nacional (los Catalanes servía como tribuna política y competía con el de Marco, donde concurrían los morenistas, "muchachones perdidos y sin obligaciones" -según dijera Deán Funes, puntero del saavedrismo-, tales como Francisco Seguí, Lucio Mansilla o Julián Álvarez).
Desde fines del siglo pasado y hasta principios de la década del ´20, los cafés fueron escenarios exclusivos de conferencias literarias. Hacia los años ´20, las letras le cedieron lugar al compás del 2 x 4, y el tango trasladó la música y las letras de los conventillos y arrabales a los adoquines de la Avenida Corrientes.
Llegados los años ´30, y al calor de los primeros golpes militares que azotaron la República empezó a entreverarse la política. El reducto de las acaloradas charlas ideológicas fue La Helvética, por donde pasaron los periodistas Bartolomé Mitre y Roberto Payró. También el teatro fundó su escenario social en los cafés de Buenos Aires, y entremezcló la bohemia del drama, la comedia y la tragedia con el tango y la milonga, entre los años ´20 y hasta los ´50. Ya hacia los ´60, los cafés se convirtieron en pantalla de los protagonistas del cine nacional, artistas y escritores. Y por aquella época, en una de las mesas de La Paz, un prestigioso círculo de periodistas fundó la agencia de noticias internacionales Prensa Latina.
Aún hoy, pese a que la fórmica y el plástico continúan causando estragos, todavía subsisten algunos sitios, que se resisten a la hiper-modernidad y conservan el mármol, la madera y el estaño.
En los últimos años, han sido remodelados más de 700 cafés porteños. Y la gran mayoría ha perdido el espíritu que los hizo famosos en todo el mundo.

Convocatoria para Artistas Visuales